El aceite de palma es una grasa saturada, que eleva el colesterol «malo», precursor de enfermedades cardiovasculares, obesidad, e incluso se le relaciona con el desarrollo de la metástasis…
Evitar el consumo de este producto a primera vista puede ser muy difícil, ya que se encuentra en todos los productos destinados al público infantil, pero sobre todo en galletas, cereales, panes, bolleria, refrescos, platos precocinados, etc…
Para poder tener un control, debemos cambiar ciertos hábitos que hacen que predomine la necesidad de consumir estos productos, en ciertos momentos del día, como puede ser el desayuno y la merienda.
Para poder cambiar esto hay que volver a consumir más producto frescos, real, sin procesar y sobre todo mucha mucha más fruta.
El público infantil es el más afectado. Se encuentra en uno de cada dos productos del supermercado.